lunes, 7 de julio de 2008

Port du Bales



La intención de esta página es mostrar simplemente los momentos de disfrute encima de la bicicleta. Pero en este caso también voy a explicar alguna anécdota...
El sábado nos desplazamos 2 componentes del AC77 para hacer Arinsal y Pal, dos subidas unidas por la estación de esquí de Vallnord, pero en el caso de Arinsal es una subida preciosa, no solo por la combinación de paisaje, dureza e intensidad, sino también porque es una de las pocas del principado de Andorra que me faltaba por conocer.
En este caso el tiempo acompañó para hacer las curvas llenas de vegetación y enlazar en una posterior  subida de Pal. Donde se encontraba celebrando el fin de semana Solo Bici de mountain-bike; lleno de gente de todas las nacionalidades y con un espectáculo bien montado, sobretodo en la sección de free-style con una rampa de salida que daba miedo. En la parada de Maxim se encontraba Gaizca, un colega de aventuras del Tour de Flandes, que pronto caerà dentro de las fauces del AC77.
Por la tarde realizamos la cronoescalada a Ordino organizada por el club ACA de Andorra, que después de las subidas matutinas y por falta de motivación no me sale un tiempo real a mi condición física, pero la premisa de todo el año continúa, pasarlo en grande encima de la bici, y así sucedió.
Pero el domingo llegaba el plato fuerte del fin de semana, el Port du Bales. Me desplacé a Luchon para poder dormir cerca del objetivo, que me había marcado desde la etapa del Tour de Francia del año pasado con la exhibición del extraordinario Vinoukorov. Justo descender el Col du Portillon con el coche por la parte francesa, empieza la niebla y la lluvia; acto que marcaría el día siguiente. Me levanto por la mañana con dos sensaciones, una la de que voy a mojarme y pasar frío, y la segunda es que me pongo en el bolsillo del maillot un paquete de clinex , que aunque esté resfriado no es por ese motivo que me los llevo, sino por las primeras sensaciones de bajo vientre.
La aproximación hacia Mauleón se hace complicada por la llovizna, el intenso frío y la duda por donde empieza realmente el puerto. Los retortijones empiezan, huy , huy, huy!! no sé si los escalofríos son del frío o de otra cosa... Rodeado de una exhuberante naturaleza, floreciente por la constante lluvia, empieza la subida suave, que posteriormente se endurece. Poco a poco aparecen rampas de consideración a una banda de la carretera con la piedra de la montaña, y al otro con un acantilado precioso pero preocupante. Y porqué preocupante? pues el puerto es que te cagas, nunca mejor dicho, no hay ni un solo hueco en casi 8 km de subida, me cago en todo!!! Por fin hay un entrante y pierdo 2 kilos de lastre, para encarar la parte más dura de la ascensión con los últimos 7 km. La niebla baja y se pierde visibilidad, pero corono el Port de Bales con una alegría tremenda, y me cruzo con una salida de más de 200 ciclistas veteranos franceses que suben por el otro lado. La bajada es larga y tremendamente fría, definitivamente me congelo, y por tanto tengo que anular las primeras intenciones de subir el Peyresoure y l´Hospice du France, ya que el objetivo del Bales estaba cumplido.

Para acabar con algunos problemas con la batería del coche que me permite ver justo al lado de donde me había quedado estacionado, una competición espectacular en el estadio de Luchon de carreras de galgos, espectacular!!! por afición y ambiente. En resumen anécdotas constantes que engrandecen aún más la frase de mi vida: disfrutar al máximo!!!

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